#ParaNoOlvidarte, Imelda.

La que Arde February 28, 2015 #ParaNoOlvidarte Leave a comment 2,995 Views

No es lícito olvidar, no es lícito callar, por eso hoy recordamos a Imelda Virgen. Ella era psicóloga, docente del Centro de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) e ilustradora en Jalisco. El 29 de septiembre de 2012 fue violada y asesinada.

Imelda se había separado de su esposo, Gilberto Cortés, porque era un hombre posesivo y violento. Después de tomar esta decisión, Gilberto tomó la suya: decidió que Imelda no debía vivir más. En México es muy fácil morir pero también es muy fácil matar, decía Monsiváis, y no se equivocaba: “me dijo que él quería matar a su esposa porque le puso los cuernos y que estaban separados y se divorciarían, pero que la quería matar antes de que se divorciaran porque quería cobrar un seguro de vida en el cual estaba como beneficiario y que incluso también se quería quedar con el carro”: ésta fue la declaración de uno de los dos hombres a los que contrató para asesinar a su esposa; el precio: el automóvil que Imelda misma había pagado durante su matrimonio.

Fue el mismo Gilberto quien condujo a su esposa hasta sus sicarios: pasó por ella en el auto a la universidad donde trabajaba y cerca de la zona industrial, David Ceja “El Moreno” y Sergio Fabián Sánchez “El Deivid” los interceptaron. A Gilberto no le importó que la violaran en frente de él antes de asesinarla a pedradas, de hecho fingió que lo habían asaltado para ocultar su crimen, pero cayó en contradicciones y tuvo que confesar su delito.

Aun así, la confesión de nada ha servido. Después de tres años de lucha, la familia de Imelda sigue navegando sin rumbo en un proceso aletargado y en el que, como sucede en la mayoría de los casos de feminicidio en México, el culpable es arropado por el Estado. Hasta ahora no se ha dictado ninguna sentencia, Gilberto ha cambiado su declaración y las palabras “yo siempre busqué la manera de vengarme de mi esposa o hacerla sufrir” parecen diluirse en el seguimiento del proceso.

Nosotras no te olvidamos, Imelda. No olvidamos la injusticia que envuelve tu nombre. Hoy te recordamos y hacemos eco de la voz de tus familiares, que no cesan en luchar por ti. Hoy nos sigues doliendo.