En ese momento mi cuerpo estaba cambiado, ya eran 6 años de pastillas, supongo que eso no estaba bien, me sentía incomoda, me dolían las piernas, mis varices habían aumentado y tenía las piernas pesadas, mi vientre se sentía hinchado, pese a que antes no había tenido malestares en los días de mi regla, pero cuando iba al ginecólogo me decía lo mismo de siempre.. que eso era normal.. que debía ser el colon… que si hasta el momento no había quedado embarazada no debía cambiar las pastillas y claro en ningún caso me dio una opción alternativa a la prevención por medio de hormonas, a excepción del preservativo.
Cuando quise conversarlo con mi pololo, me dio angustia, quería apoyo pero no lo obtuve, me dijo.. deja de tomarlas pero es súper fome con condón, trate de explicar, que mi cuerpo estaba raro, que necesitaba dejarlas, que necesitaba una limpieza, realmente sentía que dependía psicológicamente de las pastillas, que tenía miedo, pero bueno al fin y al cabo igual las dejé.
Es extraño como pasamos a depender tanto de un medicamento, como pasamos a ser dominadxs con pequeñas cosas que si no tomamos sentimos que el mundo se cae, que nada estará bien. Es un arma más del sistema para mantenernos encadenadxs y sometidos a las imposiciones sociales, en este caso a la planificación familiar.
Cuando inicias tu vida sexual, sobre todo a temprana edad, eres un ser inmaduro que actúa solo por instinto, he ahí la gran cantidad de embarazos adolescentes no planificados, donde además si tienes el apoyo familiar y la información comienzas con este tratamiento hormonal para evitar embarazos, no hay más opciones, el asunto es que las farmacéuticas vendan, cada día mas, que la revolución feminista dependa de una caja de 28 pastillas que regulan tu comportamiento sexual y emocional, que nos quedemos en los viejos años 60, hablando de igualdad social y de “llevar las escobas al parlamento” como decía Gabriela mistral. No podemos seguir así, ese miedo imbécil que nos meten en las cabezas, ese miedo al aborto, a decir “NO QUIERO SER MADRE”, ese miedo a salirse de los parámetros establecidos, de la “ley de la vida”, naces, estudias, trabajas, te casas, mueres. ¿Que acaso no somos más que embaces que producen guaguas?
En fin, hago un llamado a emanciparse, como mujer, como hombre, como “ser”, a ser responsables de nuestros cuerpos y comportamientos, a dejar de depender de la maquinaria y dejar de temerle, somos una hormiga en el universo, pero las hormigas son los mayores constructores de la naturaleza, unidas crean magnificas obras, nosotrxs también podemos luchar unidxs, todos los días en nuestra cotidianeidad por salirnos de lo establecido, por encontrarnos con nuestra naturalidad, nuestro instinto y aprender a vivir con ellos y lxs compañeros que quieran compartirlo.
Golondrina de colores es estudiante de sociología y bailarina apasionada. Lectora de medio tiempo, amante de la política, y la literatura contestataria, en búsqueda de la liberación total, donde todxs podamos vivir libres y salvajes.