¡Parirás sin dolor! Parteras de Luna Maya DF desobedeciendo al patriarcado. Entrevista por La que Arde

Para conocer más acerca de esta labor desobediente milenaria, las parteras de Luna Maya DF recibieron a La que Arde una tarde feminista de febrero del 2016. Compartimos una charla muy amena e interesante sobre el mundo de la partería en la Ciudad de México. ¡Pásele a disfrutar de esta joya!

1. ¿En qué consiste la labor de una partera?

-Isa:

Empezaría por decir que la partería es mucho más que los partos humanizados, es una decisión que justo tiene que ver con acompañar y trabajar con mujeres y para mujeres desde diferentes acercamientos, no sólo la maternidad, embarazo y parto. La partería es una profesión muy rica, que acompaña de maneras muy distintas y que incorpora varios elementos de los que a mí me atraen como: la salud, los derechos humanos y hasta un poco de psicología.

-Cris:

Yo me metí en la partería porque pensaba que mis amigas y yo no íbamos a estar bien atendidas en el sistema de salud. Entonces para mí fue un tema a resolver, un problema tribal. En todos los grupos había alguien que era buena para algo, por ejemplo, había una que era buena con lxs niñxs, otra que era buena arreglando el coche y una más que era buena arreglando cosas en la casa. En mi caso, lo clínico ginecológico era donde yo era buena. Nunca me ha dado asco entrar en una vagina o en un útero.

A la partería llegué por la puerta del aborto; estaba en Nicaragua y se murió una mujer de aborto. En aquel tiempo, venía de España y me pareció absurdo que en el noventa y tantos se muriera alguien de aborto. Y bueno, en el 2016 todavía hay mujeres que siguen muriendo. Entonces empecé con una investigación antropológica y trabajé con una ginecóloga como dula de sus clientes de aborto, también era una mujer desobediente.

En Nicaragua es muy condenado el tema del aborto. Sin embargo, en mi trabajo logré entrevistar a las mujeres y conocer el proceso clínico que me pareció muy fácil. La ginecóloga me enseñó a hacerlo, me di cuenta que no era nada complicado. Entonces decidí aprender a hacerlo porque evidentemente yo veía que la mujeres en mi clan en México o en España tenían problemas de acceso. Pensaba que si lo podíamos resolver en casa o en la cocina pues listo, qué mejor; además nos tratamos bien y el momento pasa a mi ritmo, a mí tiempo, con mi proceso emocional.

Luego llegó un momento en que el tema del aborto lo resolví en mi cabeza; pensé pues ¿qué pasaría si quiero continuar? Entonces realicé otro trabajo antropológico donde entrevisté más mujeres que habían parido en casa y mujeres que habían parido en hospital. Fue contundente la conclusión, casi todas tuvieron la misma experiencia, querían un parto natural, pero cuando entran al hospital las inducen, las volvieron un número, las volvieron un fragmento y acabaron teniendo un parto que no querían. Después en el post parto, estuvieron hechas un drama, sin poder atender bien a sus bebés porque apenas podían integrar una experiencia que se les salió de control. Por su parte, las que vivieron partos en sus casas, tuvieron otra experiencia muy diferente. Fue trascendental, espiritual, que las conectó con su fuerza y a partir de ahí fueron otras mujeres. Conectadas con un arquetipo que tiene que ver con la mujer que puede sentir, que puede cambiar, que puede ser fuerte, que resuelve su vida.

Entonces fue finalmente la tesis en mi cabeza. Entrando por las ciencias políticas y antropológicas, con la misma pregunta que sigo cuestionando: ¿cómo es que los sistemas culturales y políticos afectan el destino de la salud de las mujeres? A lo largo del tiempo, me doy cuenta que las parteras somos guardianas de ese destino; las parteras no somos mujeres amables, no somos mujeres suaves, tampoco buenas en diplomacia, porque tenemos un lugar donde defendemos un estilo de autonomía que no es negociable ante el cuerpo de una mujer; por eso nos hemos llevado mal con los sistemas patriarcales, por eso nos trataron de brujas, nos quemaron.

En México de plano nos eliminaron. La medicina nos diluyó y nos hizo saber que nos entendía, siempre y cuando estuviéramos dispuestas a seguir las reglas clínicas médicas. Fue entonces que surgieron los movimientos autónomos de la partería. Mezclas como: “quiero hacer homeopatía, parto en casa, aborto y ginecología. ¿Y qué es la ginecología?, bueno pues, la gine no es que nos pongan en el cerviz una cámara y nos digan que estamos mal. No, es una tema mucho más profundo. Preguntas como: ¿qué soy yo ante mi femineidad, mi vagina, mi poder orgásmico, mi creatividad? Por tanto, siento que la partera, si lo apreciamos desde un lugar histórico, ha sido la que ha guardado la capacidad de la mujer de ser más que una madre o una virgen o una puta. Es decir, hilamos estos arquetipos y los expandimos porque todas hemos sido vírgenes, luego dejamos de serlo y tal vez fuimos madres. Sin embargo, ese camino va más allá de me penetraron, me quedé preñada, tuve un hijo y entonces alcancé la gloria.

Las parteras ofrecemos la posibilidad de que las mujeres puedan tener sexo por gozo. Experimentar una conexión presencial con el sistema reproductor que es nuestra capacidad creativa en todas sus manifestaciones. Que podamos interrumpir un embarazo y trabajar con lo que significa este acto para nosotras. Más allá de sobrevivirlo o no, y en el parto es igual, sobrevivirlo o no, es más bien ¿qué significa para la mujer este proceso? Entonces en la partería somos testigas continuamente de la transformación de las mujeres. En la partería, las mujeres experimentan el momento en que toman el control y la conciencia de que son agentes activas de sí mismas.

La mujer que va a parir y está en el baño, de pronto siente que no puede más y se quiere morir. Entonces trasciende ese lugar y da a luz a su bebé y se da cuenta que es la persona más fuerte del universo y que ella le dio la vida a su hijx, y que tiene una responsabilidad eterna ante ese acto.

También creo que hay un tipo de adicción es a eso, a observar cómo las parteras conocemos a las mujeres en una esencia tan potente que aunque estemos agotadas no podemos salir de eso, nos quedamos ahí. Nuestro clan se vuelve eso: mujeres que estamos continuamente reconociendo ese ¿qué es ser mujer?

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-Hannah:

Yo entré a la partería a partir del feminismo. Estudié sociología; durante la carrera realicé un trabajo de campo acerca del cuerpo y tomé cursos de preparación al parto. Los impartió una partera; ella me abrió un mundo que yo no conocía porque aunque trabajaba en el movimiento feminista desde adolescente y sabía mucho de teoría feminista, del aborto y su legalización, del cuerpo y así, del parto no sabía mucho. En aquel entonces el feminismo no hablaba mucho de la maternidad, ahora está empezando a repuntar. En una clase la partera habló sobre la violencia obstétrica, nos contó que el 80% de los partos no necesitaban a nadie finalmente, porque sí o sí iban a salir bien. Esto también coincide con el número de cesáreas que se recomienda: no más de 15%, porque los demás partos se por población normalizada, van a salir bien. Me pareció muy curioso este dato y a partir de ahí empecé a investigar.

Pensé ¿por qué las mujeres van al hospital, aunque todo va a salir bien, y además las maltratan en ese lugar? Me quedé con ese cuestionamiento. En ese entonces hacía también un tipo de teatro que se llama teatro del oprimido de tipo político, que busca cambiar el formato de las escenas en el escenario y en la vida real. Me fue muy bien ahí y a partir del trabajo de campo fue que descubrí que quería ser partera. Sentía que quería trabajar con las mujeres y apoyarlas a que descubrieran de lo que son capaces, de lo que pueden transformar en ellas mismas, en el mundo, para sus bebés o no bebés, para ellas mismas.

Realicé la carrera de sociología en Francia y con respecto a la partería, allá primero tenía que estudiar medicina y después especializarme en partería. Imaginé un camino más corto y terminando regresé a México. Pensé ¿y ahora dónde aprendo a ser partera en México? Fue un camino de pronto difícil, de mucha búsqueda, porque ¿con quién podría aprender?, no es como si quisiera ser abogada entonces estudio derecho. Me tardé en encontrar quién me formara, en ese tiempo vivía en Jalapa, Veracruz, ahí encontré a una partera que me dijo que sí me podía enseñar, entonces empecé a trabajar con ella y después con otra, hasta que regresé a la Ciudad de México. Ha sido un camino de mucha búsqueda para formarme; y creo que esto es bastante común para varias que quieren ser parteras. Se requiere estar muy convencida de ser o de querer serlo para quedarte ahí, porque no es un camino fácil.

2. Los doctores alópatas dicen que cuando las parteras tienen un problema, luego tienen que ir con ellos, ¿qué opinan ustedes de esto?

-Cris:

Que tienen razón, porque ellxs se especializan en patología, bajo el marco de un sistema de salud funcional. En cambio, si el sistema de salud estuviera organizado de otra forma, todo lo normal como el papanicolaou, DIU, embarazo normal, problemas ginecológicos típicos, parto normal, habríamos de atenderlo las parteras y los médicos deberían referirnos corriendo a estas mujeres porque están normales (en términos médicos) y sanas.

En contraste, cuando nosotras encontráramos que la mujer tiene un problema que necesita cirugía, antibióticos, medicamentos que cambian el sistema corporal como anticonvulsivos, antidepresivos, y cosas así, entonces igualmente las parteras debiéramos referir a estas mujeres a lxs doctores especialistas. Así debiera de funcionar el sistema, porque la partera es experta en lo fisiológico y el médico en lo patológico. Si unx de lxs dos está ausente hay un problema.

Por lo tanto, si solamente en el sistema de salud existiéramos parteras, las mujeres que necesitan cesárea de verdad se morirían y esos bebés morirían. Desafortunadamente en la actualidad lo que está pasando que, como la mitad de las mujeres tienen cesáreas y no las necesitan, se están muriendo mujeres por cesárea innecesaria, porque se desangran, la placenta se mal forma, en fin.

Para mí el equilibrio es donde está la razón. El lugar de los médicos en el sistema de salud es atender la patología. Si una partera le refiere una paciente complicada, debería de decir gracias y atender a la paciente desde el problema; en lugar de violentarla diciéndole cosas como: ¡ahora sí que me quieres en el parto! Entonces las parteras pensamos, ¿a ver qué quieren que hagamos estos médicos, que hagamos la cesárea en la mesa de la cocina, en la casa con un cuchillo? Por algo estudiaron cirugía ocho años, para hacerlo bien.

-Isa:

También la falta de claridad de muchxs médicos no les permite ver que los casos que les referimos son los complicados por lo mismo, porque los no complicados los atendemos nosotras y salen muy bien. El caso es violentarnos con insinuaciones como “las parteras siempre con sus desastres” pero más bien es una falta de entendimiento porque lo que sale bien y viene sin complicaciones, lo atendemos nosotras.

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3. ¿Cómo es su relación con lxs médicos, hay con quiénes sí trabajan en equipo?

-Cris:
Sí hay algunxs médicos, es sólo que les tiene que quedar claro que si un médico trabaja con una partera solamente le vamos a referir complicaciones. Nunca lxs vamos a llamar para decirles: “oye, estoy en un parto donde la estoy pasando increíble, está súper dilatando genial y te lo cuento porque estoy tan aburrida con este parto fantástico que quise llamarte”. Nosotras les hablamos a los especialistas cuando tenemos una dificultad.

Aquí en Luna Maya trabajamos con tres médicas. Sabemos que es una situación complicada un ginecólogo tener que confiar en la formación y capacidad de la partera. Por ejemplo, la partera tiene que saber cosas como: si esa mujer no tiene problemas de coagulación, o trae algún problema de base y que el bebé no va a llegar grave para terminar en intensivo. En nuestro caso, las complicaciones que normalmente transferimos no son graves, son traslados al hospital por falta de dilatación, la complicación es que no está pasando nada, es muy raro que haya una complicación física extrema, de muerte.

-Hannah:

Nosotras seguimos un proceso en el que realizamos una historia clínica de cada paciente, un seguimiento prenatal para entender quién es la mujer, los problemas que ha tenido, su perfil de salud, enfermedades, etcétera; y referimos a las que no podemos atender.

-Cris:

Algo que estamos tratando de impulsar con lxs médicxs es que, si les referimos pacientes de alto riesgo, les proponemos una co-atención. Por ejemplo, hemos tenido mujeres tienen un problema en el embarazo y quieren que nosotras sigamos siendo sus proveedoras primarías. Sólo que el parto no puede realizarse en casa, entonces las acompañamos en el hospital. Podemos atender el parto o no, dependiendo de qué tan complicado sea el tema, pero seguimos tomando decisiones en conjunto.

Uno de los problemas en México, es que lxs gines (ginecólogxs) no se forman con parteras; entonces entienden más bien de complicaciones que llegan de partos. Por ejemplo, vamos a suponer que una mujer está en un hospital público masivo, donde están entrando señoras por urgencias cada veinte minutos, una más complicada que la otra. Es claro que para lxs médicos la imagen de partera es complicada. Su contexto no tiene una relación con el de las parteras.

En contraste, en Canadá cuando legalizaron la partería y las parteras se integraron al sistema de salud, lo que sucedía es que cada vez que una mujer se ponía de parto en casa, se avisaba al hospital para que el hospital se enterara de todos los casos positivos estos partos. Al terminar el parto en casa, la partera reportaba al hospital el nacimiento del bebé, sin desgarro, la mujer estuvo veintitrés horas en trabajo de parto y todo salió fantástico. Como resultado, en ese país se pudo llenar ese agujero en la atención médica y, como el 90% de los partos salen bien, entonces los médicos y enfermeras del hospital sabían que recibían un parto complicado cada dos meses porque todos los días están naciendo bebés en casa y nacen muy bien. En México como no hay parteras todavía formales en el sistema de salud, los médicos simplemente no las toman en cuenta.

-Hannah:

Finalmente en la obstetricia el aprendizaje se enfoca en la intervención, que luego lleva a otra y a otra hasta que la mujer tiene una hemorragia, pero ¡qué bueno que estuvo en el hospital! Lo cierto es que en los hospitales ya no hay tiempo de atender partos normales, fisiológicos o naturales. Otro problema también es que no hay suficientes parteras que atiendan el parto normal.

4. ¿En qué consiste el mundo de la partería, qué significa ser una partera?

-Isa:
La partería acompaña todo el espectro sexual y reproductivo de la vida de las mujeres. Abarca desde el embarazo, parto y postparto hasta la menstruación, infecciones, Papanicolaou, cólicos, premenopausia y menopausia. Lo hace desde la normalidad, la salud, la tranquilidad, y esto es algo que no se sabe, las mujeres apenas saben que existen las parteras, mucho menos conocen que acompañamos el ciclo completo reconociendo a las mujeres como seres integrales, más allá de lo que les está pasando en ese momento.

Por ejemplo, explorar ¿de dónde viene esa cándida, por qué cada tres meses se le repite, qué pasó, cómo está, qué más hay ahí? Ver a las mujeres como seres que no funcionan linealmente sino que están llenas de capas y complejos espirales relacionadas con otras cosas que no se pueden separar en una consulta.

Las parteras exploramos todo lo que trae una mujer con ella: su familia, historia, linaje, etcétera, y la apoyamos con un acompañamiento en el que ella se hace responsable de su proceso de salud y experimentando la transformación de esta mujer poderosa de la que hablaba Cris. Obviamente en el parto es muy evidente, las mujeres se vuelven unas leonas salvajes; pero la chica por fin se quitó la cándida crónica de tres años también se vuelve poderosa y se da cuenta que su vida cambió cuando le dieron chance de tomar el poder y el control de su salud.

-Hannah:

En el tema de la autonomía, las parteras co-participamos con las mujeres y les explicamos que no les vamos a resolver su problema solas. Intentamos ampliar la perspectiva de las mujeres involucrándolas en su proceso de salud preguntándoles lo que piensan o lo que quieren hacer. El poder y la responsabilidad son suyas.

Mientras que, en el sistema de salud se infantiliza la atención hacia las mujeres y se maneja un discurso del tipo: -usted no sabe, yo doctor estoy viendo algo aquí en mi pantalla importante, cállese, ahorita le digo, tómese esos medicamentos, ya no le dije nada de nada pero tómeselos. Las mujeres vamos con médicos a consultarles, a que nos regañen y experimentar la partenalización, porque son ellos los que le tienen que decir a las mujeres lo que tienen y qué hacer. En la absurda lógica de la medicina alópata, la medicina lo sabe todo.

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-Isa:

Las parteras no somos condescendientes pero sí somos muy amables. No salvamos a nadie de sí misma, no actuamos con el: -pobrecita, te duele mucho, ya no sufras, te pongo una epidural y te lo saco- Al contrario, nosotras te vamos a decir: -ve más profundo, qué es lo que te duele tanto, en dónde está, qué vas a hacer con eso. Hemos visto que muchas mujeres, cuando se ven confrontadas y puestas en ese espacio en el que si no lo haces ella, nadie lo va a hacer, lo replican en otras decisiones de su vida. Entonces descubren que nunca habían tomado decisiones por sí mismas y descubren que sí pueden hacer lo que se les de la gana con sus vidas.

5. ¿Cuáles son los riesgos físicos y psicológicos que corre una mujer durante un parto en un hospital?

-Cris:

Creo que para empezar a contestar esta pregunta hay que entender la fisiología del parto. El parto es un reflejo hormonal fisiológico, es un acto en el que si la mujer se siente amenazada, sucede como con todos los reflejos fisiológicos hormonales, por ejemplo: dormir, cagar, ovular, liberar las hormonas que hacen que te despertemos de día y durmamos de noche, que la orina se elimine y que contemos con los nutrientes necesarios hasta lo que hace el hígado con la sangre.

Mientras sucede todo esto confiamos en que el cuerpo lo va a hacer. Jamás nos levantamos por la mañana diciendo cosas como: -ojalá que el hígado funcione bien hoy, hay que ir al hospital a que monitoreen el hígado, a ver si está funcionando bien. Voy a tomarme una muestra de orina todas las mañanas para asegurarme que estoy haciendo pis correctamente-. Pero, como el mundo médico se ha olvidado por completo del parto fisiológico entonces no hace nada para protegerlo, no lo conoce.

Por lo tanto, la premisa del parto hospitalario es que el parto se puede complicar en cualquier momento, y como se puede complicar en cualquier momento lo mejor es que suceda lo más rápido posible. Es decir, entre menos tiempo la mujer este de parto, menos posibilidades que se salga de control.

La segunda premisa es que las mujeres se salen de control. Sucede que si revisamos la historia de la anestesia obstétrica, cuando los doctores comenzaron a aplicársela a las mujeres fue en la etapa expulsiva. Pero, si cuando las mujeres pujaban ellos les hubiesen preguntado donde querían la anestesia, seguro hubieran preferido en la etapa de dilatación, porque la expulsión no duele.

También se sigue anestesiando a las mujeres en la etapa de expulsión porque es cuando la mujer sale fuera de control y en la época victoriana era absolutamente inapropiado ese comportamiento, porque una mujer cuando está expulsando a un bebé se pone muy animal, vertical, agarra cosas, ruge, grita, usa la voz para movilizar el diafragma y empujar al bebé para abajo, activa su fuerza para expulsar al bebé de tres kilos. Y obviamente el bebé co-participa.

Durante el parto en casa, se podría confundir la expresión de las mujeres con alguna forma de tortura, ¡qué le están haciendo, está sufriendo! En nuestro mundo tan recatado y pudoroso, donde las mujeres tienen que ser calladitas y bien portadas, de pierna cerrada, tal expresión de fortaleza es desagradable, y si en un hospital hay una sala de parto con veinte camas y veinte mujeres pariendo, todas con el grito a todo pulmón, se escucha aquello muy impresionante e inapropiado.

La tercera premisa parte de la disociación cartesiana del sistema médico, que separa procesos y órganos; por ejemplo, la base desde la medicina es el ginecólogo que atiende el útero, el psiquiatra atiende el cerebro, el gastroenterólogo que atiende el estómago. Entonces siguiendo esta idea, en un parto se necesitaría un doctor especialista que maneje el dolor, otro que maneje el útero y otro que maneje al bebé. En cambio, en un parto con una partera, la partera maneja el dolor y tanto la madre, el bebé, la suegra, el marido, el padre, la comida, la cena, la lactancia, co-participan en una transformación familiar que implica que la mujer que está pariendo no se desangre, pero también implica que tenemos que ayudar a que el bebé respire en cuanto nazca en caso de que no lo haga naturalmente y que la familia respete la decisión que ha tomado la mujer sobre cómo parir a su bebé.

Entonces nos involucramos con toda la familia explicándoles quienes somos, las razones por las cuales somos parteras calificadas. Claramente lo que el sistema médico actual ha hecho es eliminar estos lazos y arrebatar la emocionalidad y la espiritualidad de los procesos del parto.

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6. ¿Qué tanto creen que sea cierto que la posición de la mujer en el parto, en un hospital, es para atender la comodidad del médico, aunque al parecer sea más fácil para ella parir en posición vertical?

-Cris:

Me parece que es una comodidad por ritual aprendido, porque por ejemplo los doctores dicen que es más cómodo conducir a todas las mujeres que entran a la sala de parto hacia una situación y en ocho horas darlas de alta del hospital. Sin embargo, tienen una tasa del 50% de hemorragias donde las mujeres se están muriendo por la cantidad de sangre que pierden. No conozco gente que trabaje en hospitales maternos masivos y digan: me fascina mi trabajo, cada día que salgo de trabajar me siento una persona transformada, fantásticamente conectada con las mujeres, plena. Más bien dicen: dicen estoy agotado y no puedo más.

-Isa:

Tiene que ver justo con el sistema médico, independientemente que las y los doctores sean buenos o malos, son parte de un sistema en donde un parto normal no cabe porque el sistema está rebasado por todos lados y no ha cambiado por miles de años. Y no hay ningún respaldo, cuando se estudia medicina en una Universidad no se habla de la espiritualidad, ni de la emocionalidad, menos de los campos energéticos. Tal parece que no es que sea un mal médico que ha perdido el sentido, sino que así fue cómo se lo presentaron y formaron.

-Hannah:

Resulta además peligroso, porque si se trabaja en un hospital masivo, engancharse con la emoción de una persona podría quebrar al doctor. Y son tantas las mujeres que hay que atender que no puede identificase con los problemas de cada una.

-Cris

Para las parteras de Luna Maya es muy fácil saber cuánto tiene de dilatación la mujer y si está a punto de nacer el bebé o no. Nos damos cuenta por la forma en cómo se comporta la mujer. Por su parte, el sistema médico divide el parto en cuatro etapas. La primera llamada fase latente, es cuando no quieren a la embarazada en el hospital. La segunda, la fase activa, es cuando sí la quieren en el hospital para poder monitorearla y asegurarse de que esté dilatando a la velocidad correcta, la tercera, la fase expulsiva, es cuando nace el bebé y la embarazada se encuentra en la sala de expulsión. Por si le llegara a pasar algo, está en un quirófano y se puede intervenir. Por ultimo la fase cuarta, el alumbramiento, es cuando nace la placenta y es un momento que los pone histéricos a todos porque al salir la placenta hay mucha sangre.

Entonces la ruptura de estas fases, por ejemplo, fase latente en la casa, fase activa en el hospital, fase expulsiva y fase placenta en el quirófano es contraproducente. En cambio, durante el parto en casa la mujer va transitando suavemente entre las fases latente y activa porque a veces entra y sale de ellas. Hay mujeres que tienen toda la noche contracciones, y cuando sale el sol de la mañana siguiente se les quitan. Entonces mientras la partera atiende otro parto, sabe que esta misma paciente cerca de las cinco de la tarde la va a llamar de nuevo con contracciones, porque empieza a bajar el sol, y es cuando su cuerpo libera melatonina, luego oxitocina y comienza el parto natural. En cambio, si está misma paciente estuviera en el hospital con seis centímetros de dilatación sin contracciones, muy probablemente el doctor le inyectaría oxitocina para inducir el parto porque no se puede ir del hospital sin bebé.

Las parteras sabemos también que cuando la mujer empieza a tener ganas de parir y el bebé comienza a descender, es probable que se quiere meter en un lugar oscuro y protegido, porque están pasando dos cosas. La primera es que se está abriendo mucho y eso la expone a la vulnerabilidad tanto físicamente, emocionalmente como espiritualmente por lo que necesita asegurarse que los que estén a su alrededor puedan sostenerla. La segunda es que su cuerpo sabe que está apunto de liberar a su cría y más le vale que los que estén del otro lado para recibirlo no se lo vayan a comer.

Es probable que una mujer que esté a punto de pujar, se meta en el baño. Si hay mucha gente en su cuarto de parto se va a ir a otro cuarto o si está en una habitación muy grande se va a ir a una más pequeña. Es típico que cuando están dilatando en su recámara o en la tina, se guarden en el baño porque mide un metro cuadrado, donde no cabe nadie.

También sabemos que las placentas son tímidas y que una vez que nace el bebé y el éxtasis, la placenta no sale, es asustadiza. Luego en el momento en que está todo mundo, ella se voltea y siente que se le salió algo, la placenta sale por fin. El parto es un momento de intimidad profunda con el ser y ciertamente en un hospital esto se rompe porque a las mujeres se les introduce en salas frías, con numerosas luces, donde hay gente, las piernas colocadas donde ni siquiera se puedan mover para pujar bien. No hay de donde agarrarse, mucho menos hacia arriba. No dejan pasar al marido pero sí dejan pasar a los veinticuatro residentes que nunca han visto un parto así.

Por ello es importante volver a entender la fisiología del parto porque el riesgo de parir en el hospital es que las mujeres le entregan su cuerpo a la ciencia y esto es todo un experimento, la obstetricia, un gran experimento.

-Hannah:

Es muy loco, porque viene de la observación básica de una mamífera que vaya dar a luz, por ejemplo una gata no pare en la sala, sino que se mete al closet, y eso lo respeta todo el mundo. Entonces ¿por qué a una mujer humana no se lo respetan?

7. ¿Cómo describen su modelo de parto fuera del hospital?

-Cris:

Nosotras les explicamos que los bebés no van a otro lado que no sea con ellas, les vamos diciendo lo que está pasando durante el parto, lo que queremos que pase y lo que podemos realizar para lograrlo. Ellas deciden y nos ayudan durante toda la labor de parto.

El tema de la partería es que se aborda de una forma completamente distinta porque nosotras brindamos una atención coactiva, en la que, en lugar de que como partera diga lo que hay que hacer o la paciente, es más bien algo que vamos sintiendo, creando, y es cuando sucede que la mujer va diseñando cómo quiere que sea su parto desde lo más inconsciente hasta lo más consciente, como el tipo de aromaterapia que quiere oler en su baño el día del parto, todos los detalles.

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-Hannah:

También sabemos que no sirven las mismas recomendaciones para las mismas mujeres, o sea claro comer salmón sería buena idea, pero si tú vives en un lugar donde no tienes salmón entonces mejor come frijol, lo que sea para tu proteína, tomando en cuenta quién es ella y qué recursos tiene. Ese tipo de cuidado personalizado es mucho más benéfico para la mujer, el desarrollo, del embarazo, del parto, el postparto y su vida en general.

-Cris:

Nosotras le pedimos a las mujeres que apunten durante tres días lo que comen para que estén conscientes de su dieta, entonces les preguntamos qué creen que les hace falta, que es muy distinto a ordenarles que coman frutas y verduras, mientras yo me estoy tomando una coca cola.

-Hannah:

No pedimos cosas irreales a las mujeres, ni las mandamos a comprar cosas al Cosco, más bien nos dedicamos a aumentar el potencial de lo que ya están haciendo, porque no pretendemos reinventarles la vida, ellas ya tiene una vida con o sin nosotras, por lo que más bien aprovechamos todo lo que ella ya hace y tiene, con lo que ya cuenta y las transformaciones profundas las hace ella o no.

8. ¿Cómo son los partos con parteras, cuáles son las opciones?

Cris:

Estamos al servicio de lo que ocurra, nosotras no le decimos a la mujer cuáles son los lugares donde puede parir ni les preguntamos cuál les gusta, más bien empieza a nacer la o el bebé y nosotras tenemos que asegurarnos de que haya unas manos que la reciban, pueden ser las de ella, las del papá, las nuestras, las de la abuelita, quien esté ahí, pero las parteras tienen que asegurarse que la o el bebé no se estampe contra el suelo o si es en agua que en algún momento salga del agua, fuera de ahí nos da un poco de igual.

-Hannah:

En cuanto al parto en agua, nosotras llevamos una tina inflable ya sea a tu casa, aquí o a donde tú quieras, porque el agua es una herramienta no es un fin.

9. Si la paciente les pide tener un parto en agua, ¿cuál sería su respuesta?

-Cris:

Le diríamos que vamos a llevar el agua, pero ya veremos dónde está cuando nazca su bebé. Puede ser que esté en el agua o no, porque mucha gente quiere parto en agua, pero quién sabe qué necesite a la mera hora para pujar. Muchas mujeres que quieren parir en agua, acaban pariendo fuera del agua, y muchas que dicen que lo del agua no es para ellas, acaban pariendo en agua, es una herramienta para manejo de dolor.

10. Para el recién nacido o la recién nacida ¿cuáles son los beneficios del parto en casa?

-Hannah:

Uno es que durante el trabajo de parto no le damos oxitocina ni anestesia a la madre, no le metemos cocteles de sustancias que pudieran hacer que el o la bebé nazca deprimida, no le metemos nada que pudiera alterar su sistema nervioso. Tampoco forzamos el proceso para que la criatura nazca más rápido, como no se hace con las semillas. Esperamos a que esa personita esté lista para nacer y desencadene solita el trabajo de parto, dejamos en paz su sistema y respetamos su integralidad. Al nacer por vía vaginal las bacterias de tu mamá son las primeras que te colonizan, porque tú naces de un ambiente casi estéril, que es el útero, y al pasar por vagina eres colonizada por todas esas bacterias, que van a ser la base de tu sistema inmunológico. Ese flujo no es malo, de hecho es bueno que tú como mamá tengas mucho flujo.

Cuando nace la criatura no nos la llevamos, hacemos una revisión ahí mismo en tu cama o donde estés, generalmente en la cama, pero no hacemos intervenciones, no succionamos, no aspiramos las flemas, respetamos bastante su proceso de adaptación al ambiente. La mayoría de las y los bebés lo hacen muy bien porque no les jodimos primero su sistema nervioso, porque no metimos nada, respetamos su tiempo, ya nace y empieza a respirar y se queda con mamá y eso también regula sus sistema de nuevo, es como un ping-pong, mamá entiende que el parto terminó, entonces expulsa la placenta, bebé entiende que está segura/o se queda más tranquila/o, no se lo llevan, no está en un lugar que no conoce, escucha el mismo latido del corazón que estaba escuchando, escucha la misma voz, todo eso.

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-Cris:

En la vagina conviven más de cuatrocientas especies de bacterias, y en la piel más de cuatrocientas, entonces cuando un bebé tiene un nacimiento fisiológico al atravesar la vagina y colocársele inmediatamente en la piel, lo que hacemos es que le damos la base, la colonia de las bacterias que interactúan en esta familia, porque el ADN humano se ha desarrollado durante ciento cincuenta mil años con las bacterias que conviven dentro de nuestro sistema de mucosas, nos hemos desarrollado en comunicación con nuestras bacterias. Nuestro sistema inmunológico existe porque en el primer año de vida tu sistema inmunológico detecta cuáles son las bacterias amigas y cuáles no, entonces cuando tú eres colocado sobre tu madre lo primero que empiezas a hacer es succionar y la leche tiene una azúcar.

El azúcar de la leche es indigesta para el sistema humano, sirve para nutrir a las bacterias, para que esas colonias de bacterias empiecen a desarrollarse muy rápido. Eso permite que tu sistema digestivo y hormonal funcionen a la perfección: el 80% de la serotonina, la hormona de la felicidad, se produce por las bacterias intestinales, no por el cerebro, entonces ¿qué hemos descubierto desde el descubrimiento del genoma humano? Que los bebés que nacen por cesárea, como no atraviesan la vagina, les faltan setecientas especies de bacterias, y como tampoco son colocados sobre la piel de la madre inmediatamente, le faltan otras especies. Entonces, del ambiente estéril del líquido amniótico pasa a una mesa de quirófano y es manejado por un pediatra y su enfermera, por lo que la colonización inicial de la o el bebé es de las bacterias de la piel de la enfermera, que viene de otro sistema familiar y de la mesa de revisión, que tiene bacterias que han sobrevivido al cloro, son bacterias súper resistentes, no son bacterias amables, entonces una bebé que nace por cesárea tiene muchas probabilidades de tener cualquier enfermedad autoinmune, porque durante ese primer año, su sistema inmunológico está acostumbrado a un tipo de bacterias y de pronto se encuentra con las de la enfermera, y dice “éste no es de la familia, ataquen”, y surgen problemas de asma, gastritis, colitis, depresión y de humor.

Ayer leí un artículo que habla de que ya están medicando a niñas y niños menores de dos años con medicamentos psiquiátricos porque no tienen un control del humor (los psiquiatras parece que están aburridos). Hay una médica en Nueva York que cuando tiene una cesárea le pasa a la mujer una gasa por la vagina y una vez que nace el bebé lo primero que hace es embarrar al bebé con la gasa, que contiene las bacterias vaginales de la madre, adentro de la boca y en la piel de la o el bebé, y están encontrando que estos bebés a los seis meses sus bacterias no son las mismas que un bebé que nació vía vaginal, pero están un poco mejor, porque al menos no son las bacterias de la enfermera pediátrica o del quirófano, que son muy fuertes.

Otra parte muy importante, de la que parece ser las y los ginecólogos no están al tanto, tiene que ver con la imprenta hormonal: en el trabajo de parto la mujer libera oxitocina, la hormona principal que causa las contracciones, que es conocida como la hormona del amor, porque la producimos en el parto, durante el sexo, en la lactancia y cuando estamos con amigas, cuando sentimos placer. Es la hormona del vínculo, hace que tú y yo tengamos empatía y no te quiera matar, porque te tengo cariño, y me asegure de tu bienestar. Fuera de la experiencia de la violencia obstétrica es más probable que cuando la madre y la o el bebé se miran por primera vez sus niveles de oxitocina sean siete veces las de un orgasmo. Cuando eso llega a suceder, le estás diciendo a la o el bebé que está segura, que le amas, que estás ahí para ella o él, y eso es fundamental para un mamífero, porque somos seres sociales, y si no nos sentimos amadas, parte de un clan familiar, nuestra respuesta hormonal es “me voy a morir de hambre y de frío, nadie me quiere”, y nos pasamos el resto de nuestra vida buscando cuál es la familia que nos ama. Es una herida primaria muy difícil de sanar.

Hay un autor que habla de esto, dice en que los países con altas tasas de violencia hay que tomar en cuenta la tasa de cesáreas; él dice que hay una conexión entre ambas, porque en la cesárea hay una desvinculación, tú naces, tu madre está dormida, te llevan a un cuarto durante tres días, te cuida una enfermera y luego te llevan con tu madre, que está hecha polvo, desvinculada. La biomedicina sigue insistiendo en que las personas no somos emocionales, pero somos una especie muy compleja, expresamos nuestras emociones, nuestros sueños, estamos todo el día hablando del futuro, del pasado, y es normal que el nacimiento de una o un bebé sea un proceso emocional.

11. ¿Cuál es el papel del papá en estos partos, cuando lo hay?

Cris:

Ella tiene que decidir, hay religiones donde no es apropiado que esté el hombre, por ejemplo nos ha pasado con musulmanes o judíos donde el papá no está hasta que haya nacido el bebé, pues consideran inapropiado que el hombre vea la sangre y mucho menos que la toque a ella. Cuando atendemos una familia ortodoxa en cualquier sentido sabemos que hay que recoger todos los fluidos humanos antes de que pueda pasar el marido. En esas culturas suelen haber madres y hermanas que ayudan al parto. También hay mamás solteras que vienen con sus dos amigas, mamás lesbianas, etc. Puede llegar o no con pareja, tú decides qué, quién o quiénes te darán fuerza en ese momento.

-Hannah:

Nosotras lo que les decimos es, tú trae a la persona o a las personas que te den fuerza, que crean en el proceso, que crean en ti, que crean en tu bebé, que tengan consciencia de lo que es, que te transmitan seguridad, tranquilidad, confianza.

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12. ¿Qué es una doula?

-Cris

Una acompañante en el parto, lo que antes era tu hermana.

-Hana:

Lo que antes era tu mamá, tu tía o tu hermana que ya ha estado en ocho partos, que ahora se ha profesionalizado, porque ahora ya ni tu mamá pare ocho veces ni puedes entrar al hospital, entonces las doulas, aquí en México tampoco pueden entrar a cualquier hospital, solamente hospitales privados porque a los públicos no entra nadie.

Las doulas son acompañantes emocionales del parto, te hacen masajes, te dan aliento, te acompañan, pero no son proveedoras clínicas, aunque sepan tomar la presión ése no es su rol, generalmente trabajan en hospital, hay algunas que también acompañan en casa, pero es menos común, yo creo que ellas mismas no sienten tanta necesidad de tener alguien así, porque las parteras hacemos mucho de todo eso, hacemos acompañamiento clínico, pero aparte te damos aliento, y en un hospital no, es muy separado, la enfermera te toma la presión, el médico te mide la dilatación y la doula te dice tú puedes.

13. Decían que ustedes no sólo atienden el parto, sino también otros procesos de la mujer, por ejemplo las que tienen endometriosis o cólicos o problemas en los ovarios, o las hormonas, ¿cómo pueden ayudar ustedes a estas mujeres?

-Hannah:

Manejamos medicina homeopática, hierbas, flores, a veces medicamentos farmacológicos, masajes, trabajo corporal, acupuntura, y tenemos una proveedora de respiración ovárica, que es otra técnica de trabajo corporal. Cuando una psicoterapia ya no funciona, es hora de trabajar el cuerpo.

14. ¿Nos podrían platicar un poco más sobre los precios?

-Hannah:

Aquí en Luna Maya cobramos por una consulta $600 y por un parto hasta $25,000. Eso incluye el curso de preparación para el parto, el parto en sí, el trabajo con la placenta, y tres consultas pos parto, que son en tu casa, si vives aquí en la Ciudad de México. Si llegan mujeres que no lo pueden pagar, podemos llegar a acuerdos con ellas; en general aquí tenemos un lugar para todas.

Nosotras también estamos en la Asociación Mexicana de Partería y ahí estamos empezando a crear un proceso de certificación porque casi no existen. Hay pocas maneras de formarte como partera, hay que entrar a largas listas de espera, pero aquí salimos una, dos al año, porque es una formación personal, llevamos a todas a los partos.

El problema es que desde el Estado no existe un proceso de certificación de partería, entonces ahorita estamos creando un proceso que requiere un mínimo de dos años y un mínimo de aprendizaje, tratando de respetar todas las formas que las personas tienen para llegar a ser parteras, porque es diferente si vas a la escuela de San Miguel de Allende, donde te dan cédula, o si te formas aquí, o si te formas en un pueblo sin libros y ninguno es mejor o peor, sólo son diferentes caminos.

Lo que pretendemos es que todas las parteras provengan de donde provengan manejen una base común de conocimientos, ya si una sabe más de hierbas y otra de homeopatía, es un extra. La idea es ofrecer a las mujeres un ambiente protegido, de salud, con amigas, no violento, sin prejuicios.

15. ¿Cuántas mujeres atienden por parto al mes en promedio?

-Hannah:

Es variable. Generalmente atendemos entre dos y tres mínimo, y máximo doce o trece.

16. ¿Quiénes conforman la equipa de parteras en Luna Maya?

-Hannah:

Isa, Cris, Hannah, Silvia y Ariadna somos el equipo de partería, también tenemos una especialista en respiración ovárica, una acupunturista, una masajista y una terapeuta de flores de Bach.

17. Algo que les quieran decir a las mujeres embarazadas que no han decidido ¿dónde y cómo parir?

-Hannah:

Lo más importante es que tengan a su bebé donde ellas elijan, donde se sientan más seguras, y que tomen su decisión con información, que conozcan qué les ofrecen los distintos lugares, o las diferentes proveedoras, y con base en eso decidan. Después es importante que la asuman: que no se auto castiguen si en algún momento se arrepienten de su decisión, si ya decidiste, asume eso. Creo que eso sería ideal hacerlo con todas las decisiones de nuestras vidas, ojalá todas pudiéramos tomar las decisiones de manera súper consciente, súper informadas, y asumir esas decisiones aunque sea súper duro y nos arrepintamos. Por otro lado les diría que son ellas las que deben decidir, no deben permitir que nadie tome la decisión por ellas, nadie, ni de su parto, ni de su no parto, ni de su embarazo, ni de su vida, ni de su salud, ni de su cuerpo, ni de su sexualidad. Tú eres la que decide y la que tiene que asumir la responsabilidad, porque si tú no lo haces alguien más lo va a hacer y eso sí es muy inadecuado.

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La equipa de La que Arde para realizar esta entrevista fue: Irma Quiroz, Lydia Zárate y Rossana Llorens.

Agradecemos a las compas de Luna Maya DF y de la Asociación Mexicana de Partería, A.C., su tiempo y esta valiosa información para las lectoras de La que Arde:

Cris Alonso, Hannah Borboleta e Isa Block

http://www.lunamaya.org/df

https://www.facebook.com/groups/AsociacionMexicanadeParteria

https://www.facebook.com/lunamayadf

Imágenes: Luna Maya DF

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