A la opinión pública:
Las denunciantes Erika* y Lucía*, La Casa Mandarina y La que Arde emiten el siguiente comunicado colectivo en relación con el agresor Sergio Bustamante:
El 1º de septiembre La que Arde publicó un artículo donde Erika* y Lucía* denunciaron las agresiones físicas, sicológicas y emocionales de las que fueron objeto durante 10 y 2 años respectivamente a manos de su expareja, Sergio José Bustamante Suárez, propietario de la línea de playeras “Los Hipersensibles”.
Erika* y Lucía* decidieron hacer pública su denuncia a raíz de la dolorosa sorpresa que les representó enterarse de que su agresor había ilustrado un libro de la editorial Cuarto Propio sobre feminicidio que sería presentado en la UNAM, en el marco de la campaña “He for She”, cuyo presunto objetivo es combatir la violencia de género hacia las mujeres.
Después de la publicación del artículo, Erika* comenzó a recibir llamadas telefónicas y mensajes de Bustamante en sus perfiles de redes sociales y sus correos electrónicos de trabajo y personales, donde éste le solicitaba que desistiera de su denuncia. Esta dinámica de hostigamiento se extendió al esposo de Erika*, a quien Bustamante contactó a través de su perfil en Facebook, y a La Casa Mandarina, organización que está brindando acompañamiento legal y sicológico a Erika* y Lucía* en su denuncia.
En el caso de La Casa Mandarina, a la dinámica de hostigamiento se sumaron llamadas telefónicas y una visita de Ainhoa Vásquez Mejías, actual esposa del agresor, a las oficinas de la organización, seguida por un correo electrónico, que adjuntamos al final de este artículo, donde exhibió a detalle sus credenciales académicas y laborales, que incluyen a la Universidad Nacional Autónoma de Méxiuco (UNAM), al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y a la Editorial Cuarto Propio, entre otras, para asegurar que de ellas “se habían agarrado” (sic) las mujeres que denunciaron las violencias que vivieron a manos de su esposo para “atacarla” a ella, sin dar a conocer algún dato o hecho que fundamentara su acusación:
“De ello se agarraron dos mujeres, ex novias de mi actual esposo, para atacarme y desvalorizar mi trabajo de tantos años argumentando que qué voy a saber yo de género si vivo con un agresor y potencial feminicida”.
Esto en contraste con lo que Erika* y Lucía* expresaron de manera clara y contundente en su denuncia:
“¿Por qué lo comparto? Porque sé que actualmente está casado, lo que implica que su esposa podría estar viviendo lo mismo que yo viví. Porque sé que ilustró un libro sobre violencia feminicida que su esposa elaboró con todo su corazón, intelecto y capacidad”. Erika*
En el comunicado de Vásquez Mejías, que exhibe importantes niveles de violencia, la investigadora del SNI acusa a ambas denunciantes de mentirosas, arteras y acosadoras, en un texto que bien podría pretender desvíar hacia su persona el peso de una denuncia de la cual en ningún momento fue materia, salvo por la mención -tangencial- de que Bustamante ilustró el libro de su autoría sobre violencia feminicida.
En su comunicado Vásquez Mejías asegura que Erika* y Lucía* (quienes, no está de más señalar, no la conocen) hicieron la denuncia para “destruirla” a ella “por un hombre”, y “apela a la buena voluntad” de La Casa Mandarina para que “deje de creer en sus mentiras” y funja como “mediadora” para “hacerles entender” su versión personal del concepto de sororidad.
La Editorial Cuarto Propio, por su parte, emitió un comunicado donde solicita a Erika* y Lucía*, a través de La Casa Mandarina, que exiban pruebas que “corroboren la veracidad” de sus testimonios. Estas pruebas, instruye Marisol Vera a la Directora de La Casa Mandarina, deberán obtenerlas las sobrevivientes por parte de compañeras de trabajo y “relaciones laborales” que hayan atestiguado las violencias de que fueron objeto, para poder legitimar sus denuncias ante esta editorial.
Bajo ese contexto, por su parte, La Casa Mandarina hace del conocimiento público lo siguiente:
1) La Casa Mandarina es una organización feminista independiente, sin fines de lucro, que lleva 16 años trabajando para darle voz a las sobrevivientes de violencia doméstica y sexual misma que es sistemáticamente silenciada y desestimada por las instituciones patriarcales.
2) A lo largo de sus 16 años de labor, La Casa Mandarina ha trabajado mano a mano con organismos como Amnistía Internacional, la ONU, el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, Afghanistan Women Voices, la Fundación Multidisciplinaria de Investigación de la India, la UNAM, la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y la Universidad de Cd. Juárez, entre otras, para combatir la violencia sexual y de género contra niñas, niños y mujeres, lo que en sí mismo constituye un aval de su profesionalismo y experiencia en el tema. En 2014 La Casa Mandarina fue premiada en Nueva York y la India por su trabajo y lucha en pro de los derechos de las mujeres y la infancia.
3) La violencia doméstica, además de ser un crimen, es un serio problema de salud pública y de derechos humanos con consecuencias a corto y largo plazo en la salud física, mental, sexual y reproductiva. Por tanto, cuando La Casa Mandarina recibe una denuncia, la denunciante pasa por un protocolo que incluye una evaluación sicológica que ayuda a estas especialistas a detectar su nivel de afectación, y así poderla atender de la mejor manera.
4) Esta evaluación incluye, entre otras, una valoración sobre el grado de Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) que sufre la sobreviviente y que es una consecuencia de la violencia experimentada. El TEPT es un trastorno reconocido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV-TR y que puede detectarse a través de uno o varios de los síntomas señalados en el mismo. La valoración también incluye entrevistas con familiares y/o amistades de la sobreviviente.
5) Los 16 años de labor ininterrumpida de La Casa Mandarina han generado el reconocimiento con que cuenta a nivel nacional e internacional en relación con su labor.
Dicho esto, ambas denunciantes, en conjunto con La Casa Mandarina y La que Arde hacen público el siguiente manifiesto:
Ni todas las credenciales y los logros académicos de Ainhoa Vásquez Mejías podrán silenciar las voces de las mujeres violentadas física y sicológicamente por Bustamante durante 12 años. No es a ella a quién se está cuestionando, sino al agresor de dos mujeres. Una de las preocupaciones del artículo publicado en La que Arde era precisamente alertarla y protegerla para que no tuviera que pasar por lo que pasaron ambas denunciantes.
Lamentamos el posible impacto negativo que haya podido tener sobre el trabajo de Ainhoa Vásquez Mejías la denuncia realizada en contra de Sergio Bustamante por los delitos que cometió, sin embargo, no podemos hacernos responsables por las consecuencias de sus actos, y tampoco sobre la forma en que Vásquez Mejías ha interpretado la denuncia social que adelantamos en contra de este agresor.
La que Arde, por su parte, no hace artículos por encargo, ni a instancias de nadie. Para visibilizar a los agresores que el sistema y sus familiares encubren, y en respuesta a una cultura que revictimiza y desestima sistemáticamente a quienes denuncian las violencias machistas, creó un número temático cuyo objetivo es hacerles saber a estas mujeres que no están solas, y ponerle nombre y rostro a estos depredadores. Sergio Bustamente fue sólo uno de los más de 20 agresores denunciados por sus ex parejas, familiares y conocidas en respuesta a la convocatoria.
Por lo que respecta a las sobrevivientes, lamentamos informar a Vásquez Mejías que no tienen conocimiento alguno sobre ataques a su trabajo, y menos aún sobre correos electrónicos a familiares suyos. Ninguna de ellas cuenta con información sobre usted, su vida profesional y su familia, y tampoco está en su interés tenerla, dado que no es relevante para la denuncia de los delitos cometidos por Sergio Bustamante, denuncia sobre la cual todas continuamos trabajando. Por lo anterior, este comunicado será el único que dirijamos a usted.
A través del mismo también la exhortamos a que no intente comunicarse más con La Casa Mandarina, puesto que como parte de su ética de intervención, evita establecer comunicación con la familia de los agresores.
Sin más por el momento, le saludamos atentamente.
TE CREEMOS * NO ES TU CULPA * NO ESTÁS SOLA
#VivasNosQueremos
#NosotrasPorNosotras
#PongaleNombreAlMacho
*Los nombres de las denunciantes fueron omitidos por cuestiones de seguridad.
Correo electrónico de Ainhoa Vásquez Mejías a La Casa Mandarina:
Mi nombre es Ainhoa Vásquez Mejías, soy feminista, llevo más de diez años trabajando temas de género, he formado grupos de apoyo a mujeres víctimas de maltrato intrafamiliar, implementé en Chile la cátedra de Feminicidio en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y la Universidad Andrés Bello y recientemente publiqué un libro sobre feminicidio que ganó un premio en mi país.
De ello se agarraron dos mujeres, ex novias de mi actual esposo, para atacarme y desvalorizar mi trabajo de tantos años argumentando que qué voy a saber yo de género si vivo con un agresor y potencial feminicida.
La nota que publicó la revista La que arde, instada por Casa Mandarina, no ataca solamente a mi esposo Sergio Bustamente Suárez, sino que denigra mi trabajo, mi capacidad de análisis y mi inteligencia.
Probablemente ustedes se pregunten qué tipo de impacto puede tener una nota que no presenta pruebas y que, además, fue publicada hace ya dos semanas. Tiene un impacto directo para mí, no para mi marido, porque estas dos mujeres enviaron esta nota a mi mamá, a mi papá, a mis dos hermanas, a todos mis colegas del CISAN (el lugar donde actualmente trabajo en la UNAM), a las feministas que iban a presentar mi libro, a la editorial Cuarto Propio que publicó mi libro y quién sabe a cuánta gente más que conozco. Por supuesto siempre sin dar la cara, bajo perfiles falsos de facebook y mails falsos.
¿Hasta dónde tengo que aguantar este ataque? ¿cuándo se termina? Recientemente ingresé al Sistema Nacional de Investigadores Mexicanos ¿tengo que esperar que ellas envíen la nota también a los miembros de la comisión dictaminadora que aprobó mi ingreso al SNI? El libro ya tiene programada tres reseñas en distintas revistas importantes (una chilena, una mexicana y una estadounidense) ¿una vez que salgan estas reseñas tengo que esperar que también envíen la nota a esas revistas? Todavía me queda una presentación del libro en la UNAM ¿otra vez tengo que vivir las mismas amenazas de boicot? Estoy organizando un congreso para noviembre ¿voy a tener que aguantar que le envíen la nota a cada uno de los ponentes? ¿Hasta cuándo? No me parece justo estar viviendo esta situación.
Yo apelo a su buena voluntad (tal como la tuvieron con ellas que incluso aceptaron su denuncia sin pruebas y creyeron en sus mentiras) y les pido que me ayuden, que cumplan un papel de mediadoras y hablen con ellas, que las hagan entender que sororidad se trata de apoyarnos unas a las otras no de destruirnos, de sentarnos a hablar cuando es necesario y no atacarnos por la espalda, menos por un hombre ¡¡¡¡por un hombre, qué es eso!!!! Quiero pensar que ustedes manejan una institución seria que busca denunciar a los agresores y apoyar a las víctimas, no prestarse para el ataque y el acoso de mujeres en contra de otra mujer.
Les dejo mi celular nuevamente por si quisieran comunicarse conmigo.
Ainhoa Vásquez Mejías
(SIC)
(SIC)
Imagen: Material de denuncia utilizado por estudiantes de la UNAM en una protesta contra las violencias machistas en las instalaciones de la misma.