Escucho la llamada del cambio. La escucho y me dice que es inevitable. Estoy viva. Estoy aquí para compartir lo que soy. En mis propios términos. Mi fuego está vivo. Arde desde bien adentro. Lo atiendo. Su calor ablanda mis dudas. ¿Qué pasa si creo en mí? Cultivo la valentía de la presencia en mí misma. Nadie lo sabe todavía pero estoy naciendo de nuevo. Me estoy pariendo. Y estoy pariendo una nueva realidad para mi vida. Es solo una semilla y esa semilla es que creo en mí. Creo en mí. Soy mi mayor aliada. Me cuido. Me honro. Protejo mis necesidades.
Lo hago cuando nutro las raíces que descienden. Cuando alimento mi tierra, mi cuerpo, mi tiempo, mi energía, mi espacio. Mis raíces se fortalecen y al fortalecerse sostienen lo que quiero que crezca, lo que quiero cosechar. Nutro las raíces de mi conciencia, las raíces de mi yo consciente de mí misma y mis necesidades. Mis necesidades son mi guía ¿cómo me quiero sentir? ¿cómo necesito sentirme?
En esta Luna nueva en Aries con eclipse solar conecto con el intento de algo nuevo. Un nuevo camino, un nuevo patrón, un nuevo código para mi vida en el que reconozco mi dinámica interna actual sobre cómo me vinculo, cómo me presento, cómo me siento en mis relaciones, en mis espacios, en mis entregas, en mis ofrendas, en mi servicio, en mi creación. Si me siento vista, validada, reconocida o no, si encuentro el movimiento en mí o no para presentarme, para afirmarme, para actuar. Porque Marte es la acción, es la capacidad de moverme y afirmarme en este mundo, y en Piscis con la benevolencia hacia la sabiduría de lo vivo, honro mi memoria intrauterina.
Esta luna nueva con eclipse total me habla de una intensificación de la posibilidad de generar un nuevo patrón en mi vida. Una nueva manera de presentarme y de colocarme ante el mundo en la frontera de adentro hacia afuera, de mis vínculos y creaciones. Una manera de presentarme en la que me siento plena y totalmente bienvenida. No porque nadie me la tenga que dar sino porque me la doy, me reconozco para compartirme con integridad sin sacrificar mis necesidades.
Esta Luna nueva me invita a abrazar la posibilidad de cambiar el guion, de cambiar los acuerdos, de reconocer los finales y los cierres necesarios para mi crecimiento. Abrazo los rasgos creativos y evolutivos de Aries que son la franqueza, la valentía, la direccionalidad y la sinceridad para abrirme paso en este nuevo patrón, en este nuevo fractal. ¿Qué quiero implementar en mi vida? Para que tenga la fortaleza, la valentía de manejar la realidad que me toca habitar, que pueda moverme en este mundo en autenticidad con el permiso de expresarla y que pueda soltar en estos días de Luna negra esos lugares de autocensura en los cuales me sigo encasillando en juicios y exigencias que se nutren de uno de los venenos más poderosos de nuestra civilización: la vergüenza.
Los dones de Aries se relacionan con tomar acción a favor mío. De mi tiempo, mi energía, de mi lugar. De ocupar mi lugar y mi espacio. De reconocer mi territorialidad energética como parte de mi identidad y tomar acción. Intentar algo nuevo e innovador nos diría Aries avanzar con gusto, confianza y asertividad.
Que está luna nueva y eclipse en Aries me permita descubrir la valentía de llenar mi vacío. De no esperar que nada de afuera lo llene. La valentía de dar el paso donde antes no sentí el permiso. Es un tiempo de reevaluar mi relación conmigo en el umbral de grandes cambios donde Quirón muestra grandes desequilibrios con el manejo de esta energía. Es posible que mi sistema nervioso ande colapsado, sobre estimulado, sobre activado y a la misma vez mi cuerpo tenso por el estrés ¿cómo puede circular la energía sagrada de la vida, está fuerza, este poder, si mi cuerpo está intervenido por la exigencia, por el dogma, por el dolor de existir? De ahí que la expresión creativa, el arte la danza, la música, la escritura profunda, sean espacios en los que me puedo dar permiso para encarnar esta fuerza creativa, este espíritu animal, mi energía sexual creativa de la manera más benévola, nutricia, constructiva y creadora posible.
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