Después de la segunda Guerra Mundial, la economía global tuvo que reorganizarse y adquirir nuevos valores de mercado para generar certezas económicas y construir ilusiones de desarrollo y seguridad financiera. A partir de este revuelo social, muchas ciudades pertenecientes al primer mundo comenzaron a transitar hacia novedosos modelos de ciudad donde la tenencia de propiedad privada, las grandes inversiones para la recuperación física de los espacios devastados por la guerra y la preservación de la esfera individual se fueron convirtiendo en las nuevas características de las urbes actuales.
En nuestros días las ciudades que poseen grandes edificaciones, modernos sistemas de transporte y una fuerte estrategia de seguridad son consideradas como símbolos de desarrollo; mientras que aquellas que apuestan por garantizar en primer orden los derechos sociales y culturales de sus habitantes son consideradas rezagadas y económicamente atrasadas.
En el caso de la ciudad de México, esta tendencia urbana se ha ido observando a partir de las décadas de los cincuenta y sesenta, con la construcción de la megalópolis moderna. Sin embargo, no es hasta los años noventa y 2000 cuando el paradigma de la seguridad asociado a las grandes urbes comienza a analizarse a la luz de las leyes sobre los mecanismos de protección a los derechos sociales y políticos.
Frente a esta nueva estética urbana se ha evidenciado que una de las expresiones más ordinarias de la discriminación es la limpieza social que, según lo establecido en la Recomendación 23/2009 de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), se entiende como “el retiro de personas non gratas de ciertos lugares, sin que medie justificación legal alguna […] la razón para retirar[les es] sólo por su condición de vida en la calle”.(1)
La discriminación y criminalización hacia las poblaciones que sobreviven en las calles o que tienen un consumo problemático de sustancias no son nuevas; en 1812 la Junta de Seguridad de la ciudad “aprehendía a todos aquellos individuos que aparentemente no tenían ocupación, o que se encontraban ebrios en las calles (por lo general en la noche), y después de una sumaria rápida, se les enviaba al servicio de Marina o a un regimiento”.(2) Expulsar(3), esconder(4) o encerrar(5) son algunas de las acciones que diferentes instancias del gobierno de la ciudad de México emprenden contra las poblaciones callejeras o las/los usuarios de sustancias. Una manera de limpiar las calles es con la participación de instituciones privadas en acciones de retiro forzoso, ejemplo de ellas son los centros de rehabilitación pertenecientes a Alcohólicos Anónimos 24 horas, también llamados anexos.(6)
Ciudad de vanguardia o city marketing
En los últimos 12 años la ciudad capital ha cambiado su imagen sustancialmente; de ser una de las ciudades más peligrosas y más contaminadas del mundo ha pasado a ser la más segura del país, y según el portal faunatura.com cuenta con niveles de contaminación más bajos que la ciudad de Barcelona. Estas notas dan cuenta de que la inversión en materia de seguridad, infraestructura vial, remodelación de espacios públicos y programas de rescate del Centro Histórico han dado resultados. Sin embargo, resulta pertinente revisar tan notorios avances a la luz de lo que en el mundo se ha denominado city marketing o mercadeo de ciudad.
La competencia de las ciudades a nivel mundial por atraer turismo e inversiones económicas ha provocado que se analice la complejidad de la ciudad para armonizar tres ejes: el crecimiento económico, la sustentabilidad y el desarrollo social; desafortunadamente vemos que estas esferas no se armonizan de manera integral. Los vacíos estructurales para responder las demandas sociales desafían diariamente a las políticas públicas y a las y los responsables de aplicarlas; como ejemplo, la inversión privada en infraestructura pública en la ciudad aumentó en los últimos seis años de 30 mil millones de pesos (2 350 millones de dólares aproximadamente) a 70 mil millones de dólares.(7)
En un segundo plano, las estrategias de publicidad muestran una estética de ciudad a través de un modelo limpio, sin contaminación, incluyente, democrático, con entretenimiento y cultura al alcance de todos, accesible y seguro. Basta recordar cómo el Distrito Federal pasó a convertirse de la ciudad del beso (2009) a la ciudad de vanguardia (2011).
Respecto al desarrollo social, la diversidad de personas que habitan el entorno urbano requiere de un esfuerzo sustancial para incrementar la inversión social, de tal suerte que las poblaciones que viven mayores niveles de exclusión puedan acceder plenamente a sus derechos. Sin embargo, esto no tiene visos de mejorar. Frente a las inversiones millonarias para infraestructura y seguridad contrasta gravemente la inversión que la ciudad tiene para la Secretaría de Desarrollo Social, con un total de 10 444 942 654 pesos; y para la Secretaría de Seguridad Pública (SSPDF), con 19 590 424 457, según datos del proyecto de Presupuesto de Egresos 2012.
Limpieza social y derechos humanos
Hablar de limpieza social en el Distrito Federal resulta controvertido si contrastamos los avances en materia de derechos humanos y las leyes de protección para poblaciones en alta exclusión y discriminación. Ejemplo de ello son las reformas legales que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó respecto a la interrupción legal del embarazo (ILE) y los matrimonios entre personas del mismo sexo en 2007 y 2009 respectivamente. Estas modificaciones de ley colocaron a la ciudad en un lugar privilegiado dentro de la región latinoamericana y a la vanguardia con países como Bélgica, Canadá, España, Holanda, Noruega y Suecia, respecto a las leyes de protección y garantía de los derechos humanos.
En el mismo sentido, la elaboración del Diagnóstico de Derechos Humanos del Distrito Federal (DDHDF) en 2007, y del Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal (PDHDF) en 2009, desarrollados por la CDHDF y organizaciones de la sociedad civil, se convirtió en la oportunidad para identificar los vacíos institucionales frente a las poblaciones que por años han visto lejano el ejercicio y el goce efectivo de sus derechos; asimismo, tales documentos dan cuenta de la situación que guarda el cumplimiento de las obligaciones de las autoridades de la ciudad en la materia.
Sin embargo, aun con estos avances, persisten grandes dificultades para garantizar el respeto y la protección a grupos sociales que viven alta exclusión social. Esto se traduce para muchas personas en la ausencia de vivienda digna, de identidad legal, en el nulo acceso a la justicia, en vivir discriminación por condición de edad, social, económica, sexo-genérica, de salud o en función de su sobrevivencia, como es el caso de las poblaciones callejeras.(8)
Población callejera: un blanco para la limpieza social
Las personas que sobreviven en el espacio público carecen de la protección integral del Estado. Es preocupante que no exista en la estructura del GDF una instancia que garantice los derechos humanos de quienes sobreviven en las calles de una ciudad de vanguardia, y –peor aún– que servidores públicos se coludan con instancias civiles para violar sus derechos y cometer delitos en su contra. Lo anterior sólo muestra que la discriminación se ha institucionalizado en la estructura del Distrito Federal, pues ante la complejidad que representa la sobrevivencia en las calles sus respuestas son alejadas de la garantía de los derechos fundamentales de quienes viven en ellas.
Para muestra varios botones
La CDHDF, con los aportes de la sociedad civil organizada y los testimonios de diferentes miembros de las poblaciones callejeras, ha documentado casos para dos recomendaciones: la 23/2009, por casos de limpieza social; y la 13/2011, por el caso denominado “‘Los Elegidos de Dios’, poblaciones callejeras que fueron objeto de trata, al ser integradas en contra de su voluntad en una supuesta institución de asistencia y rehabilitación contra las adicciones”.
Los casos que se presentan a continuación dan cuenta de que el encierro forzado en aparentes espacios de rehabilitación no es nuevo:
1. En 1999 la organización civil Ednica (Educación con el Niño Callejero) denunció la desaparición de dos personas menores de edad de una zona al norte del Distrito Federal. Según narra una nota del periódico La Jornada, “durante 14 días nadie supo de ellos. El 22 de mayo pasado desaparecieron de la zona de Indios Verdes y apenas ayer fueron encontrados por los educadores de calle de Ednica en un centro de rehabilitación de Alcohólicos Anónimos”.
2. Diez años después, la Recomendación 23/2009 de la CDHDF, en la narración que hace el denominado caso 1, menciona: 1.2.3 […] aproximadamente a las 11:30 horas se encontraba durmiendo en un jardín […] cuando llegaron cuatro hombres, quienes lo patearon y le tiraron su comida […] y lo subieron a la fuerza a una camioneta […] lo sometieron haciéndole la llave china. 1.2.4 También manifestó que hacía una semana que los mismos elementos […] lo enviaron a un anexo llamado Factor x, lugar del que pudo escapar, toda vez que ahí recibió un trato denigrante.
En el primer caso no encontramos evidencia del resultado de las gestiones de Ednica, y en cuanto al caso señalado en la Recomendación 23/2009 no existe análisis desde el marco de privación legal de la libertad y encierro forzoso.
Caso Los Elegidos de Dios
El 16 de mayo 2009, aproximadamente a la 1:00 de la mañana, un grupo de casi 10 personas se presentó en las calles Artículo 123 y Humboldt en dos camionetas y haciéndose acompañar de patrullas de la SSPDF para retirar por la fuerza a miembros del grupo callejero que ahí se acoge. Según testimonios, se llevaron a seis personas, las amarraron con vendas, las golpearon, las tiraron en el piso de las camionetas y durante el camino las siguieron golpeando hasta llegar a un anexo.
“Que nos llegan y que nos dicen: ‘a ver súbanse hijos de su… a ver acá súbanse’, ‘súbanlos a la camioneta’, y acá nos empezaron a clavar, eran como 10 cábulas, se llevaron a seis. Uno de ellos se salió, en la noche llegó bien madreado de las rodillas. Dice que les pegaron todo el camino, que ese anexo está grande, que son pasados de lanza… Estaba una patrulla acompañándoles, les decían ‘sí, llévenselos, llévenselos’, dijo Pedro dos días después de los hechos.
El día 25 del mismo mes, quien escribe esto, en compañía de Juan Martín Pérez, entonces director de El Caracol, A. C., visitamos el anexo Los Elegidos de Dios para rescatar a los jóvenes que habían sido llevados por la fuerza días antes. En charla con los responsables del centro de rehabilitación, éstos mencionaron tener convenios con las delegaciones Venustiano Carranza y Cuauhtémoc para el retiro de población callejera. Después de dos horas, nos entregaron sólo a tres de los cinco jóvenes, argumentando tener cartas responsivas firmadas por familiares de los dos restantes. Al salir, los jóvenes dieron el siguiente testimonio:
“Si hablábamos entre nosotros nos paraban y teníamos que estar así hasta tres días. A uno de nosotros sólo por hablar lo pararon; primero le pegaron bien feo, luego lo pararon y no se podía sentar, todo un día y toda la noche no se podía mover de donde lo tenían, estaba frente a la pared y si volteaba lo volvían a golpear. A otro joven que le encontraron una navaja de rastrillo lo dejaron parado una semana y lo golpeaban diario. No manches, ¿esto es un anexo? o definitivamente el infierno, porque ni en la cárcel”.
Con estos antecedentes se realizó una carta por parte de El Caracol, A. C., solicitando al Jefe de Gobierno la intervención de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) en la investigación del centro denominado Los Elegidos de Dios, pero la respuesta nunca llegó.
En diciembre de 2009 la misma dependencia festejó la noticia del descubrimiento del centro de rehabilitación Los Elegidos de Dios; es decir, seis meses después de que recibieran la carta de El Caracol, A. C. En el lugar encontraron a 120 personas privadas de la libertad con indicios de tortura, sometidas a trata de personas, esclavitud y trabajo forzoso.
Conclusiones
El Gobierno del Distrito Federal incumple y viola la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los convenios internacionales de derechos humanos como la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH) y la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), entre otros, al ponderar sobre los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de poblaciones que viven en alta exclusión social, el desarrollo urbano a través de modelos de ciudad como ciudad bonita o ciudad de vanguardia, con proyectos de revitalización del Centro Histórico y de reordenamiento del espacio público y el entorno urbano.
Resulta urgente el reconocimiento de la ciudadanía callejera desde un planteamiento sociodemográfico que promueva la inclusión social y el acceso y justiciabilidad de los derechos humanos para las poblaciones callejeras y que, paralelamente, promueva el cambio de la estructura del gobierno de la ciudad capital para que las leyes y los reglamentos se armonicen con los tratados nacionales e internacionales de derechos humanos.
Fuentes:
(1) Definición de limpieza social establecida en cdhdf, Recomendación 23/2009, párr. 5.4.1.4, disponible en <http://www.cdhdf.org.mx/images/pdfs/ recomendasiones/2009/R200923.pdf>, página consultada el 19 de marzo de 2012.
(2) Teresa Lozano A., “Vagos, ociosos y malentretenidos en la capital novohispana”, en Proceso Bi-centenario, núm. 16, México, julio de 2010.
(3) La cdhdf documentó acciones donde, en patrullas de la sspdf y camionetas de las delegaciones Venustiano Carranza y Cuauhtémoc, sacaban a las poblaciones callejeras de la ciudad, por lo que emitió la Recomendación 23/2009.
(4) Durante la visita del papa Juan Pablo ii en 2002, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) documentó las acciones de la sspdf y las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza para “esconder” a las poblaciones callejeras.
(5) cdhdf, Recomendación 13/2011, Caso Los Elegidos de Dios, disponible en: http://www.cdhdf.org.mx/images/pdfs/recomendasiones/2011/reco_1311.pdf, página consultada el 19 de marzo de 2012.
(6) Los grupos 24 Horas de Alcohólicos Anónimos (aa) poseen un anexo para aquellos usuarios de sustancias psicoactivas que por sus condiciones necesiten un periodo de internamiento.[/box]
(7) Información disponible en <http://www.altonivel.com.mx/19069-inversion-en-infraestructura-se-duplica-en-df.html>, página consultada el 19 de mazo de 2012.
(8) Categoría social desarrollada por Juan Martín Pérez en 2003; se refiere a niños, niñas, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad que sobreviven en las calles con sus propios recursos, desarrollando una cultura callejera.
(9) Fotografías: El Caracol, A.C.
(10) Este artículo fue publicado previamente en la revista DFensor, abril 2012, México