México está atravesando una crisis humanitaria marcada por la alarmante violencia de género que se ejerce todos los días contra mujeres y niñas. De acuerdo con la Organización de los Estados Americanos, en México una mujer es asesinada cada 2 horas; solamente entre 2012 y 2013 fueron asesinadas 3,892 mujeres. Las cifras del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas indican que actualmente hay 7 mil 185 mujeres desaparecidas en el país, de las cuales el 44% son menores de edad. Así mismo, el Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta que entre enero del 2014 y septiembre del 2015 se registraron 35 mil 285 denuncias por violación en todo el país, lo cual ni siquiera representa la magnitud del problema, pues se estima que sólo el 10% de las agresiones sexuales se denuncian.
De acuerdo con datos de INMUJERES, entre 1985 y 2014 se registraron 47,178 asesinatos de mujeres en México. A veinte años de combatir este fenómeno, legisladoras feministas consiguieron en 2007 la aprobación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que incluyó la Alerta de Violencia de Género (AVG) -mecanismo que debiera ser operado por los tres niveles de gobierno para enfrentar la violencia feminicida en un territorio dado, garantizar el acceso a la justicia, la reparación del daño y prevenir el feminicidio.
A mayo del 2016, la AVG se ha solicitado en 17 estados de la República Mexicana, pero solamente se ha activado en 2: Morelos y Edo. de México, donde el Observatorio Nacional del Feminicidio (organismo feminista) registró 922 feminicidios entre 2005 y 2010, y 1,258 desaparecidas entre 2012 y 2013. Mientras que, según la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) entre 2005 y 2010 el 43% de los casos fueron consignados. Este desfase de cifras evidencian la impunidad. La AVG se solicitó en el Estado de México en diciembre de 2010. Después un largo proceso judicial, se activó en julio de 2015 en 11 municipios. 10 meses después la información relacionada con sus actividades e impacto es escasa.
No menos grave es que, en los medios de comunicación, de acuerdo con el Proyecto de Monitoreo Global de Medios (GMMP) 2015 realizado por la WACC (World Association for Christian Communication), la representación de las mujeres en los medios de comunicación apenas abarca un 25%. Cuando se nos pide nuestra opinión sobre algún tema, en la gran mayoría de los casos se nos solicita como amas de casa o estudiantes, y tan sólo el 6% de los contenidos de los medios se enfocan en temas de género.
Ante este escenario, consideramos que las causas que generan la violencia de género remiten a los estereotipos de género y al tipo de socialización que recibimos con base en ellos desde la infancia a través de la familia, la escuela y los medios de comunicación, que de alguna manera legitiman la violencia como arma de dominación masculina y establecen que como mujer es aceptable recibir ciertas formas de violencia por parte de los hombres. Esto constituye un grave atentado contra la vida democrática de un país, puesto que afecta a la mitad de su población.
Este contexto sugiere que el Estado Mexicano ha sido negligente en su deber de poner al alcance de la ciudadanía herramientas que le permitan conocer, prevenir y enfrentar las diversas manifestaciones de la violencia de género, incluido el hecho de que en México las vidas de las mujeres están en riesgo por el hecho de serlo. Lo anterior motivó el nacimiento de la revista digital con perspectiva de género La que Arde.
Mexico is experiencing a humanitarian crisis marked by the alarming gender violence exercised every day against women and girls. According to the Organization of American States (OEA) a woman is killed every two hours in Mexico; only between 2012 and 2013, 3,892 girls and women were murdered. Figures from the National Registry Data of Missing Persons indicate that there are 7,185 missing women in the country, of whom 44% are minors. Likewise, the National System of Public Security reports that between January 2014 and September 2015, 35,285 complaints of rape were registered throughout the country, which does not even represent the magnitude of the problem, since it is estimated that only 10% of sexual assaults are reported.
According to data from INMUJERES, between 1985 and 2014, 47,178 murders of women were registered in Mexico. After twenty years of fighting this phenomenon, feminist legislators in 2007 were able to get the General Law on Women’s Access to a Life Free of Violence approved, which included the Gender Violence Alert (AVG) -mechanism that should be operated by the three levels of government to fight femicide in a given territory, ensure access to justice, repair damage to the victims and prevent femicide.
In May 2016, the AVG was requested in 17 states, but was only activated in 2 of them: Morelos and Estado de Mexico, where the National Observatory of Femicide (a feminist organization) registered the murder of 922 women between 2005 and 2010, and the disappearance of another 1,258 between 2012 and 2013. According to the Attorney General of Estado de México (PGJEM), between 2005 and 2010 only 43% of the cases were prosecuted. This shows the level of impunity women have to face in Mexico. The AVG was requested for Estado de Mexico in December 2010. After a long trial, it was finally activated in July 2015, only in 11 municipalities. After 10 months of this activation, the information related to the impact it produced among the population is limited.
A non less serious issue relies on media, where, according to the 2015 Global Media Monitoring Project (GMMP) presented by the WACC (World Association for Christian Communication), women are represented barely in the 25% of media worldwide. When women are asked their opinion on any subject, in most cases they are approached as homemakers or students, and only 6% of the contents of the media focus on gender issues.
Given this scenario, we believe that the causes of gender violence are related to gender stereotypes and the type of socialization we receive based on them when we are child through family, school and media. These stereotypes somehow legitimize violence as a weapon of male domination and establish that as women it is acceptable to receive certain forms of violence from men. This constitutes a serious attack on the democratic life of a country, since it affects half of its population.
This context suggests that the Mexican State has been negligent in its duty to provide mexicans with tools that allow them to acknowledge, prevent and address the various manifestations of gender violence, including the fact that in Mexico the lives of women are at risk for being such. All the above mentioned led us to create the digital magazine with gender perspective La que Arde.