Por Rebeca y Cía. y Ma. Bruha Rebel de Cuore
El 18 de mayo diversas colectivas y estudiantes feministas se dieron cita a las 19:00 horas para llevar a cabo la caminata-velada #TodasSomosLesvy en honor de Lesvy Berlín Rivera Osorio, asesinada en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el pasado 3 de mayo. El contingente partió de la explanada de Rectoría General y atravesó el campus universitario hasta llegar al teléfono público del Instituto de Ingeniería donde fue encontrado el cadáver de Lesvy.
Cerca de las 19:30 hrs. comenzó la caminata al grito de “¡Alerta, alerta, alerta que camina la lucha feminista por América Latina!”. El contingente, conformado por más de 200 personas y encabezado por la familia de Lesvy Berlín, gritaba al unísono: “¡Lesvy no ha muerto! ¡Lesvy somos todas!” y “¡No fue suicidio, fue feminicidio!”, exigiendo que el asesinato de Lesvy sea investigado como feminicidio, tal como lo especifica el Protocolo de Investigación Ministerial, Policial y Pericial con Perspectiva de Género para el delito de Feminicidio.
Imagen: Rebeca y Cía. y Ma. Bruha Rebel de Cuore
Llegando a la caseta telefónica donde fue hallado el cuerpo sin vida de Lesvy se ofreció una ceremonia ritual en su honor con el fin de “liberar la energía que quedó estancada” después del asesinato, según explicó Araceli Osorio, madre de Lesvy. Entre el sonido del caracol, el humo del copal y los cantos, feministas de distintas colectivas colocaron junto a la caseta una cruz grande de color rosa con el nombre de Lesvy, y otra docena de cruces más pequeñas del mismo color con el nombre de universitarias que han sido asesinadas dentro o fuera del campus. Mientras tanto otras activistas encendían veladoras y esparcían rosas rojas en el piso (las favoritas de “Berri”, como le gustaba que la llamaran) haciendo un círculo alrededor de la caseta telefónica.
Imagen: Rebeca y Cía. y Ma. Bruha Rebel de Cuore
Al finalizar el ritual, Araceli Osorio tomó la palabra para expresar su indignación debido a que, a 15 días de que encontraron el cuerpo de Lesvy, la PGJ no le ha permitido acceder a la carpeta de investigación ni las evidencias.
“A las malas autoridades les decimos que están bajo la mira y que estamos pendientes. […] A este día, a 15 días de que encontraron el cuerpo sin vida de mi hija, no nos han permitido revisar la carpeta, no nos han permitido revisar las evidencias, no sabemos nada salvo nuestro testimonio, no sabemos nada salvo lo que los malos periodistas y difusores de ‘verdades’ nos han querido decir”.
Imagen: Rebeca y Cía. y Ma. Bruha Rebel de Cuore
Posteriormente Sayuri Herrera Román, abogada a cargo del caso de Lesvy, tomó el micrófono para explicar que es un derecho básico de cualquier víctima conocer el expediente que las autoridades se han negado a mostrarle a la familia de Lesvy, además de tener acceso a las pruebas que esclarezcan los hechos.
“Hacemos un llamado a las autoridades, a la Procuraduría General de Justicia, porque, como bien lo han dicho la señora Araceli y también Lesvy, el papá de Lesvy (padre e hija tenían el mismo nombre), necesitamos acceder a la carpeta de investigación, eso es básico, es el mínimo derecho de una víctima de graves violaciones a derechos humanos, conocer cuáles son las diligencias que ha realizado la Procuraduría.”
“Además no es suficiente tener acceso a la carpeta, necesitamos copias de la investigación, […] tanto en formato físico como digitales, para poder hacer nuestro trabajo, para hacer un estudio técnico de lo que ellos y ellas han estado haciendo y porque, además, consideramos que debe ser transparente y conforme a los protocolos que como aquí se ha dicho a lo largo de la marcha, para la investigación del feminicidio.”
“También tenemos derecho nosotras, como sus acompañantes, a aportar pruebas que evidentemente lleven al esclarecimiento de los hechos, a la memoria, a la dignificación de la memoria de Lesvy, y a la Justicia”, declaró la abogada.
Posteriormente se dio lectura a un pronunciamiento redactado por las colectivas feministas que organizaron la velada, en el cual, entre otras cosas, exigen junto con la familia de Lesvy a las autoridades que se investigue su asesinato como feminicidio, que se le reconozca como integrante de la comunidad UNAM, que el rector Enrique Graue declare un día de luto por el feminicidio y que se haga público que el de Lesvy no es el único caso de feminicidio ocurrido en las instalaciones de la UNAM, ni de estudiantes de dicha universidad.
Aquí reproducimos íntegro el pronunciamiento:
Instituto de Ingeniería, Ciudad Universitaria, UNAM
Ciudad de México, a 18 de mayo de 2017
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal
Enrique Graue, Rector de la UNAM
Y demás autoridades competentes para resolver el caso de feminicidio de Lesvy Berlín Rivera Osorio
A la comunidad universitaria
A la opinión pública nacional e internacional
Quienes suscribimos este pronunciamiento exigimos justicia por el feminicidio de Lesvy Berlín Rivera Osorio, acaecido el 3 de Mayo de 2017 en las instalaciones del Instituto de Ingeniería de la UNAM. “Berry”, como le gustaba que la llamaran, merece ser recordada como una mujer integrante de la comunidad PUMA, con ganas de vivir, con planes y comprometida con hacer sus sueños realidad. Nos solidarizamos con su familia, con quienes compartimos el dolor de la pérdida. En nuestra memoria de agravios recordamos también a otras universitarias que han sido asesinadas debido a la violencia feminicida y queremos que nos garanticen la no repetición de estos crímenes dentro y fuera de nuestra máxima casa de estudios. Condenamos toda forma de violencia hacia las mujeres, en particular la ejercida contra Berry.
En México, las mujeres somos víctimas de una violencia cotidiana ejercida principalmente por hombres y avalada por la sociedad y sus instituciones. El feminicidio es considerado la máxima expresión de la violencia de género contra las mujeres y es, a la vez, un crimen de Estado, pues éste, además de no ser capaz de garantizar a las mujeres nuestro derecho a la vida, contribuye a la impunidad a través de prácticas institucionales que revictimizan y culpabilizan a las mujeres de la violencia que sufrimos, obstaculizando con ello nuestro acceso a la justicia.
Tanto la UNAM como la PGJDF han revictimizado a Lesvy y han vulnerado sus derechos humanos y los de su familia. Ambas instituciones están en honda deuda con la sociedad después de la manera negligente en que han abordado el feminicidio de Lesvy. La PGJ ha violado estándares jurídicos nacionales e internacionales para atender casos de feminicidio y ha difundido información falsa sobre Lesvy para estigmatizarla frente a la opinión pública. La UNAM ha emitido comunicados que evidencian una profunda insensibilidad ante el asesinato de Lesvy, pues el Rector sólo resaltó su preocupación porque “hechos ilícitos” -como nombró al feminicidio- no ocurran en el campus. La UNAM también ha evitado reconocer a Lesvy como la integrante que es de la comunidad universitaria y con esto la institución toma distancia de la violencia que al interior se ejerce contra las mujeres. Con todo esto, la UNAM desdeña la obligación que como institución de educación pública tiene de combatir la violencia contra las mujeres en sus propios espacios.
El feminicidio es posible también por el consenso social que evita señalar la violencia contra las mujeres y niega el daño que ésta nos causa; es posible debido a que la opinión pública tergiversa las causas, motivos y consecuencias de esta violencia, con el fin de exonerar a los agresores, tal como se vio reflejado en la cobertura que muchos medios de comunicación dieron al feminicidio de Lesvy, secundando el mensaje estigmatizante que la PGJ transmitió acerca de la víctima. Finalmente, la concreción del feminicidio, requiere que socialmente se deje a las mujeres sin razón, sin discurso y sin poder para desmantelar la violencia que se ejerce en su contra, lo cual forma parte del problema estructural cuyo combate requiere mucho más que declaraciones públicas y mercadotecnia institucional a favor de la igualdad.
Hace falta mucho más que campañas mediáticas y moños naranjas –símbolo de esta lucha- en la solapa de servidores y servidoras públicas. Se necesita que las instituciones como la UNAM y la PGJDF lleven a cabo acciones verdaderas y medibles para enfrentar la violencia contra las mujeres. Es necesario someter sus acciones al ojo crítico de la ciudadanía para que podamos valorar -más allá de sus discursos- en qué medida están respetando, protegiendo, promoviendo, garantizando y defendiendo el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia.
El asesinato de Lesvy se debe nombrar y clasificar como feminicidio, se debe exigir así frente a la PGJDF, propensa a invisibilizar los feminicidios entre múltiples líneas de investigación. También debemos nombrar éste y todos los feminicidios ocurridos en la UNAM, así como todas las violencias que a diario se ejercen contra las mujeres en la universidad, ante las y los compañeros que aún no son conscientes de esta problemática y de cuánto importan las vidas de las mujeres. Por todo lo anterior, exigimos:
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A las autoridades de procuración e impartición de justicia una investigación pronta, transparente y eficaz, y la presentación y condena del feminicida de Lesvy.
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Al Rector de la UNAM, Enrique Graue, que lleve a cabo un acto público en el que reconozca a Lesvy Berlín Rivera Osorio como integrante de la comunidad universitaria; que dicte un día de luto en su memoria en reconocimiento a la importancia de la vida de Lesvy, en apoyo a su familia y como símbolo del compromiso institucional en la lucha contra la violencia contra las mujeres; y que, concluida la investigación, someta al escrutinio público cada una de las actuaciones del grupo de expertas en género que la UNAM designó para colaborar en la investigación con la PGJ.
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Finalmente, Convocamos a la acción ciudadana y a la acción internacional para protestar mediante actividades político-culturales por las violaciones a los derechos humanos que las instituciones han cometido en torno al feminicidio de Lesvy, lo cual es representativo de la crisis de derechos humanos en la que el país se encuentra sumido desde hace años. ¡Exijamos de manera conjunta que las autoridades en México garanticen el derecho de las mujeres a la vida, a la integridad física y sexual y a la justicia!
¡Justicia para Lesvy y para todas las víctimas de feminicidio en la UNAM!
Atentamente
Familiares y amistades de Lesvy
Colectivas Feministas y mujeres de diversas Instituciones de Educación Superior
¡Por las mujeres hablará el espíritu!
¡Por espacios universitarios libres de violencia!
¡Por la erradicación de la violencia institucional en los casos de violencia contra las mujeres!
¡Porque lo personal es político!
¡Si tocan a una respondemos todas!
¡No fue suicidio, fue feminicidio!
Imagen: Rebeca y Cía. y Ma. Bruha Rebel de Cuore
Posteriormente se nombró a las universitarias desaparecidas o asesinadas dentro o fuera de Ciudad Universitaria:
Estudiantes asesinadas en la UNAM
Areli Osorno Martínez, 27 años (abril, 2002)
Cristel Estibalí Álvarez García, 21 años (mayo, 2002)
Feminicidios de compañeras universitarias
Alí Dessiré Cuevas Castrejón (septiembre, 2009)
Adriana Morlett (septiembre, 2010)
Cécile Denisse Acosta Reynaud (abril, 2012)
Karen Joanna Sánchez Gochi (junio, 2014)
Anayeli Bautista Tecpa (diciembre, 2014)
Mirena Castillo Mendoza (junio, 2015)
Karen Alvarado Mosso (agosto, 2016)
Anónima (dicieimbre, 2016)
Universitarias desaparecidas:
Mónica Alejandrina Ramírez Alvarado (desaparecida en Estado de México en diciembre de 2014)
Video: Naomi Fuentes (ex estudiante de UAM-X)